lunes, 18 de marzo de 2013

Gabriel Celaya (18 de marzo de 1911 - 18 de abril de 1991)

En pleno desastre, me asalta la alegría.
Se puede sumar, multiplicar, ¡qué tontería!
La matemática actual llegal a mucho más,
furias divinas.
Rabiar en abstracto, ser uno con su contrario,
reír sin razón, vivir porque sí,
¡ah!
Es tan grande la explosión que todos cabemos dentro,
y ahí dentro construimos pequeños refugios
que llamamos centros,
centros climatizados, centros civilizados con su yo bien escondido,
protegido por la técnica moderna
contra una posible desintegración,
protegido también por falsos laberintos,
falsas puertas, espejos, trampas y pasadizos
que no dan a ningún lado,
y por miles de culturas archivadas
en microfilms encerrados en cápsulas de acero
anti-tal, cual y lo otro.
Y así todos soñamos sueños de faraón.
Resucitaremos, dicen, sin somos ricos
gracias a la hibernación.
Pero subsiste el peligro de una explosión interna,
la de la risa idiota,
la de nuestras tripas,
la que canta, lala-lelo, Arbigorriya.
Contra toda protección,
¿no serán alegría destructora las impersonales furias idiotas?
¿Y la muerte, irrisión personal, gloria infinita,
no será sólo expansión
más allá de lo que cabe pensar sólo desde el yo?

Gabriel Celaya, «El inútil escondite» (de La higa de Arbigorriya), en Poesía hoy (prólogo de amparo Gastón), Madrid, Espasa-Calpe, 1981

1 comentario:

  1. Hola:
    He escrito un libro titulado "Celaya, esencial". Si deseais algún ejemplar, os lo puedo enviar por 15 euros, gastos de envío incluidos.
    Saludos

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