Ayer me compré en la Cuesta de Moyano un libro que deseaba hacía tiempo: Diccionario de símbolos, de Cirlot.
¿Alguna vez les he dicho que me encanta silbar? ¡Ah, sí, claro, un poquinín más arriba, en el título de la entrada!...
Me encanta silbar.
Mi padre decía que era cosa de chicos (pero no sé si esto, como tantas cosas respecto a él, es una invención...)
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Silbar: como chascar, según cita Jung, es un residuo arcaico, un modo de llamar y atraer a la deidad
teriomórfica, al animal totémico o deificado. Ello explica la represión sobre el silbido.
Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, Madrid, Siruela, 1998 (3ª edición)