Gallo Nero publica Nebulosa, de Pier Paolo Pasolini, y César Rendueles ha escrito este prólogo.
        

Oh, un terrible temor;

la alegría estalla
contra esos cristales es la oscuridad.
Pero esa alegría, que te hace cantar in voce
es un retorno de la muerte: a ver quién se ríe—
Detrás, bajo el recuadro del cielo ennegrecido
¡Reaparición telúrica!
No bromeo: que tú tienes experiencia
de un lugar que nunca he explorado, UN VACÍO
EN EL COSMOS
Es verdad que mi tierra es pequeña
Pero yo siempre he fabulado acerca de lugares inexplorados
con una cierta alegría, como si no fuera verdad
Pero tú estás aquí, in voce
La luna ha resurgido;
las aguas corren;
el mundo no sabe que es nuevo y su nueva jornada
acaba contra las altas cornisas y el negro del cielo
¿Quién hay en ese VACÍO DEL COSMOS,
que tú llevas en tus dedos y conoces?
Es el padre, sí, ¡él!
¿Tú crees que yo lo conozco? Oh, cómo te equivocas;
qué ingenuamente das por seguro lo que no lo es en absoluto;
basas todo el discurso, reanudado aquí, cantando,
en esta presunción que para ti es humilde
y, en cambio, no sabes cuán sobria es
ella lleva en sí los signos de la voluntad mortal de la mayoría—
La vista alegre de mí nunca descendido a los Infiernos
oculta
Y tú caes en la trampa
De lo que es realidad tú sólo conoces a aquel Hombre Adulto
o sea, lo que se debe conocer;
ella, la Mujer Adulta, que se quede en el Infierno
o en la Sombra que precede a la vida
y desde allí lance sus maleficios, sus encantamientos;
ódiala, ódiala, ódiala;
y si tú cantas y nadie te escucha, sonríe
sencillamente porque, por ahora, mientras tanto, eres victoriosa—
in voce, como una joven hija ávida
que, sin embargo, ha probado la dulzura;
París calca a tus espaldas un cielo bajo
con la trama de las remas negras, ya clásicas;
ésta es la historia—
Tú sonríes al Padre—
esa persona de la que yo no tengo ninguna información,
a la que traté en un sueño que, evidentemente, no recuerdo—
¡Qué extraño! De ese monstruo de autoridad
procede también la dulzura
aunque sólo sea como resignación y breve victoria;
¡Caray! ¿Cómo pude ignorarlo hasta el punto de no saber nada de él?—
¿Qué hacer?
Tú das, repartes dones, necesitas dar,;
pero tu don te lo dio Él, como todo;
y es una Nada el don de Nadie;
yo finjo que recibo;
te lo agradezco, sinceramente agradecido;
Pero la débil sonrisa huidiza
no es de timidez,
es la zozobra, más terrible, mucho más terrible
de tener un cuerpo separado en los reinos del ser—
si es una culpa
si no es más que un accidente: pero en lugar del Otro
para mí hay un vacío en el cosmos
un vacío en el cosmos
y desde allí tú cantas

Pier Paolo Pasolini, «¿Temor de mí?», en Transhumanar y organizar (traducción de Ángel Sánchez-Gijón), Madrid, Visor, 2002 (2ª edición)

 

De Ostia a Napolio, Luglio.

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Orrivo a Ostia sotto un temporale blu come la morte. La'acqua si sostena, tra tuoni e fulimini. I villeggianti sono assiepati nei bar, sotto i capanni, con la coda tra le gambe. Dei stabilimenti, vuoti, paiono inmensi.

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Le pioggia non ha l'aria di cessare: e, in quest'aria gelida di novembre, filiamo lungo la costa.

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[De Ostia a Nápoles, julio] Llego a Ostia con una tormenta azul como la muerte. El agua se evapora entre truenos y rayos. Los veraneantes se aprietan en los bares, en las casetas, con la cola entre las piernas. Los sitios, vacíos, parecen inmensos.

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La lluvia no tiene aire de cesar, y en este clima gélido de noviembre recorremos la costa.

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Avventura a Ischia

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Tutte le strade sono ancora piena: gruppi di ragazzi locali, marinai, donne ricoperte di fazzolettoni e giacchettoni da bazar... La sera passa: aplendidamente -devo dire- passa.

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[Aventura en Ischia] Todas las calles están todavía llenas de gente: grupos de chicos de aquí, marineros, mujeres con pañuelos y chaquetas de mercadillo... La noche pasa; estupendamente -debo decirlo- pasa.

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Pier Paolo Pasolini, Larga carretera de arena (fotografías de Philippe Séclier, traducción de Olvido García Valdés), Madrid, La Fábrica, 2005
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Hacerme tangente al sistema estilístico.
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Ser "bueno" como una vez:
es la maldad la que me hizo pesado
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Ahora la bondad está bien, porque pertenece al demonio.
La maldad, en cambio, es divina, y, por ello, va mal.
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Seguidme:
la bondad es fábula, loca y deshonesta.
La maldad es, a fin de cuentas, aceptación (pero honesta, sí)
(es casual que sea conformista o rebelde).
Digo aceptación de las Instituciones, con su divina vulgaridad.
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Quien se compromete es, pues, "pesado".
El puro, el muchacho -que es intransigente-
es ligero.
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Por lo demás, precisamente a causa de mi pureza de muchacho
he querido perder la ligereza,
aceptando el deber, con su celo vulgar.
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El bueno, el puro, el muchacho son embusteros:
la mistificación es ligereza.
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La sinceridad es pesada y vulgar:
con ella la vida vence.
Debe vencer, en cambio, la juventud,
constructora de sistemas mistificadores
y de rupturas insolentes y graciosas- y pacientes:
porque pacientes son los jóvenes, no los viejos.
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Vuelva el Falsete.
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Todo esto me lo sugiere la gracia de los Eritreos.
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Post-face
No "incontenibilidad de linfa"
sino lágrimas falsas.
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El problema es: ¿cómo lograr la ligereza, sin restricciones?
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Ya va siendo hora de que deje de tener tanto sentido común.
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¡Heroísmo a-sistemático de un sargento!
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"Gravedad noética"
"celo de un incremento de lo real": ¡Sí, sí, sí!
Sin embargo, una muchacha pare con tanta ligereza.
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Interpolaos, amigos, interpolaos.
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La vida como lema,
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¡He creído en la injusticia de los bajos salarios y de la Iglesia!
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Celo, emprendedor, tenaz, ahorrador, previsor.
Ahora se vive para experimentar la vida:
y el experimento es pragmático, al aire libre; field-work.
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Cuando se está al sol se tiene la impresión
de estar fuera, y se siente la premura de volver a entrar.
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Volver a entrar para escribir: libres del sol y de la diacronía.
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En aquel rincón de Massaua, en el fango,
estaba centrifugado al aire libre, bien lo sé.
Hace tiempo que siento, cada vez más fuerte, la añoranza del seno
.............materno,
en el que estar solo, dentro de él, sin mestizos de nombre Lorenzo
ni otros compromisos sociales: sin el fango
de la estación de las lluvias.
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Mike pasó como un meteoro, lo mismo que Ebrahim,
objetos de la relación con el puritanismo negro,
con la ecolalia italiana, con la gracia de los Eritreos.
Observaciones recogidas fuera, aprisa, como un superviviente.
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Necesitaba quién sabe qué recogimiento.
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No lloraré el paro,
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ni la evidente provocación de la señora Melotti (1).
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Eso se hace "in situ", en el campo, al aire libre,
CON CELO.
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El otro lema, que no es la vida...
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Nada es liberador, sino más servidumbre.
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Así pues, tiendo con todo mi ser a lo agramatical
(pero reelaborado en mi estudio).
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Quisiera mimar la ecolalia, ser hádico, hádico,
y así expresar, en un nivel más bajo, el todo.
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El amigo de Lorenzo hablaba árabe y reía;
reía como un pájaro, negro y suavemente obeso.
¿Cuáles eran sus signos?
Sin embargo, tenía un corazón de áscari que expresar, y lo expresaba.
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¡Tsahay! ¡Demena! (2)
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(1) Propietaria de la cerveza que bebe toda Eritrea, y que vive en un chalé en evidente contraste con todo lo que en Massaua es de mampostería.
(2) ¡Sol! ¡Nubes! (amhárico)
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Pier Paolo Pasolini, Transhumanar y organizar (traducción de Ángel Sánchez-Gijón), Madrid, Visor, 2002 (2ª edición)