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viernes, 5 de septiembre de 2014
Cien años de Nicanor
Padre nuestro que estás en el cielo
Lleno de toda clase de problemas
Con el ceño fruncido
Como si fueras un hombre vulgar y corriente
No pienses más en nosotros.
Comprendemos que sufres
Porque no puedes arreglar las cosas.
Sabemos que el Demonio no te deja tranquilo
Desconstruyendo lo que tú construyes.
Él se ríe de ti
Pero nosotros lloramos contigo:
No te preocupes de sus risas diabólicas.
Padre nuestro que estás donde estás
Rodeado de ángeles desleales
Sinceramente: no sufras mas por nosotros
Tienes que darte cuenta
De que los dioses no son infalibles
Y que nosotros perdonamos todo.
"Padre nuestro", en Obra gruesa (1969)
En la realidad no hay adjetivos
ni conjunciones ni preposiciones
¿quién ha visto jamás una Y
fuera de la Gramática de Bello?
en la realidad hay sólo acciones y cosas
un hombre bailando con una mujer
una mujer amamantando a su nene
un funeral -un árbol- una vaca
la interjección la pone el sujeto
el adverbio lo pone el profesor
y el verbo ser es una alucinación del filósofo.
XX, de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977)
A los amantes de las bellas letras
hago llegar mis mejores deseos
voy a cambiar de nombre a algunas cosas.
Mi posición es ésta:
el poeta no cumple su palabra
si no cambia los nombres de las cosas.
¿Con qué razón el sol
ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se le llama Micifuz
el de las botas de cuarenta leguas!
¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
que los zapatos han cambiado de nombre:
desde ahora se llaman ataúdes.
Bueno, la noches es larga
todo poeta que se estime a sí mismo
debe tener su propio diccionario
y antes que se me olvide
al propio dios hay que cambiarle de nombre
que cada cual lo llame como quiera:
ese es un problema persona.
"Cambios de nombre", en Versos de salón (1962)
martes, 8 de octubre de 2013
Una grande, Ana Pérez Cañamares...
Mi vida no es un comentario a la tuya.
Nada de lo que hago es un ejemplo
una nota a pie de página en tu libro.
Así que no me uses para mortificarme
y evita las comparaciones baratas.
Yo sólo me mido con viejos sueños
y con alguna obsesión que persiste.
Todo lo que he logrado tiene su cruz
y te recuerdo que no hay cuchillo
que parta por el canto una moneda.
«Los aludidos», Alfabeto de cicatrices, Tenerife, Baile del sol, 2010
Mi vida no es un comentario a la tuya.
Nada de lo que hago es un ejemplo
una nota a pie de página en tu libro.
Así que no me uses para mortificarme
y evita las comparaciones baratas.
Yo sólo me mido con viejos sueños
y con alguna obsesión que persiste.
Todo lo que he logrado tiene su cruz
y te recuerdo que no hay cuchillo
que parta por el canto una moneda.
«Los aludidos», Alfabeto de cicatrices, Tenerife, Baile del sol, 2010
jueves, 13 de junio de 2013
Un poema y una recomendación cinematográfica
Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.
Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.
Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fanasmas como saldo,
un camino de nubes.
Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.
No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.
Tiempo de habitaciones separadas.
Luis García Montero, Habitaciones separadas, Madrid, Visor, 1995 (3ª edición)
En España (vayamos a saber por qué...) tradujeron esta película por Olvídate de mí, pero, en realidad, su título original es Eternal sunshine of the spotless mind (o sea: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), que es un verso de Alexander Poper...
Tras la nota kultureta, la recomendación. Para aquellos que no la hayan visto...
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.
Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.
Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fanasmas como saldo,
un camino de nubes.
Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.
No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.
Tiempo de habitaciones separadas.
Luis García Montero, Habitaciones separadas, Madrid, Visor, 1995 (3ª edición)
En España (vayamos a saber por qué...) tradujeron esta película por Olvídate de mí, pero, en realidad, su título original es Eternal sunshine of the spotless mind (o sea: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), que es un verso de Alexander Poper...
Tras la nota kultureta, la recomendación. Para aquellos que no la hayan visto...
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