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miércoles, 25 de mayo de 2011

Pues resulta que sí, que existe el verbo ahuciar... Para los que sean perezosos en cliquear: 'esperanzar o dar confianza! ¡Toma ya!... La orden de desahucio la da el juez, ¿y la de ahucio? ¿Eh?

viernes, 22 de abril de 2011

Para qué sirven los libros (I)

De forma involuntaria o tal vez con la inconsciencia de la parte desconocida del orden, resulta que en los últimos quince días los libros han sido eje y centro de todo lo demás (no, no siempre lo son. Hay veces que no, lo juro)... Firmin, ordenar los libros, Fahrenheit 451 de Truffaut (siempre que se pueda, regresar a Truffaut. En la mesa espera Amor en fuga...) y Un juego de inteligencia de Hans Weingartner (director de Los edukadores)
     Todo empezó cuando mi compañera Am, que me tiene pillada la medida en cuanto al tema lectura, me prestó un libro que ella pensaba que me iba a gustar (ella no lo ha leído, pero sí S, su compañero, con el que yo trabajé en otro insti y conoce mi afán libresco depredador... O depredador libresco, si vamos al caso.... No sé). El asunto es que ambos a dos pensaron que era un libro que me cuadraba. El libro en cuestión es Firmin, de Sam Savage, que tiene un subtítulo absurdo (a mí me lo parece): aventuras de una alimaña urbana... ¿Alimaña?... No tiene ningún sentido utilizar esa palabra para referirse a Firmin. Fue publicado por Seix Barral en 2007 y trata de una rata devoradora (en ambos sentidos, aunque no simultáneamente) de libros.
     Pero no sólo eso, claro. Lo que más me ha gustado del libro es su canto, triste, a un mundo que se acaba, vencido por el impulso de la modernidad. Porque el lugar en el que Firmin nace es una librería (¿hace falta que les diga que es una librería de viejo?) situada en la plaza Scollay de Boston,


sometida a un impulso modernizador que la está vaciando de sus antiguos habitantes. Sólo los que no tienen otro lugar al que ir, los marginales, sobreviven en condiciones... ¿Deprorables? ¿Infrahumnas? ¿Degradantes? ¿Indignas?... Ya sabemos (en la última semana hemos tenido noticia bien clara de ello en Madrid por parte del señor alcalde, Excmo. Gallardón) que un metro cuadrado de ciudad vale más que cualquier piojoso cuerpo alcoholizado de mendigo (o no piojoso o no alcoholizado, que de todo hay. Méndigos esdrújulos para mi madre, que, con el sentido común que la caracteriza,  considera que esa medida es una auténtica aberración...)
     La vida de Firmin tiene tres grandes ejes: su relación con el librero -que no es digno del amor que Firmin le profesa-, sus visitas al cine Rialto -y la fascinación por las beldades-

  
y su vida a ritmo de jazz con el mejor escritor del mundo, Magoon (otro marginal autor de novelas de ciencia-ficción, serie B y es mucho...).
     En realidad, lo que la novela cuenta (creo) es la profunda soledad de alguien -rata u hombre- que nace en la familia equivocada en un momento equivocado, que no sabe adaptarse y que reclama amor a voces inaudibles para los demás... Los libros aparecen, entonces, como apertura y cierre de la propia libertad... Ellos abren el camino para el conocimiento, para el placer, para la búsqueda, y al mismo tiempo lo cierran por la imposibilidad de poder compartirlo con los otros... Y lo único que se puede reclamar en estos casos, como en otros, es una muerte gloriosa, ideal (o que percibimos como tal).
     Las referencias literarias son constantes, pero no sé por qué, una de las que más nos ha llamado la atención (tanto a S como a mí) es la de El buen soldado, de Ford Madox Ford, que estoy leyendo en estos días (¡Gracias, S! ¡Gracias, Am!) y que comienza así: Ésta es la historia más triste que jamás he oído...
     ¿Sirven los libros para enajenarnos?

sábado, 29 de enero de 2011

¿Cómo contar esta historia sin que resulte cursi?...

domingo, 19 de diciembre de 2010

"Expediente" es una de las palabras más feas del español

Hoy me he despertado con una inquietud que necesito soltar antes de que se me pudra en alguna parte y me haga mal. Como estoy trabajando, no tengo el sosiego suficiente para elaborarla despacio, pero es algo así:

Los jóvenes no encuentran trabajo o trabajan de forma precaria (con un sueldo de miseria y sin estar dados de alta en muchos casos)...

No se contrata a mayores de 45 años...

Los expedientes de regulación de empleos afectan, en muchos casos, a mayores de 50.

El periodo de cotización a la seguridad social  (para disponer de una pensión contributiva) es el de los últimos 15 años trabajados...
.
Se amplía la edad de jubilación a los 67...

Conclusión: dentro de unos años, vamos a ser un país de excluidos sociales.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Y ahora todo el mundo se lleva las manos a la cabeza porque los deportistas (da igual si son ciclistas o atletas) se dopan. Pero, vamos a ver, ¿a alguien le cabe en la cabeza que se puedan superar las marcas establecidas sin drogas?... No, queridos. Es imposible. El ser humano es como es, cuerpo y mente, y ambas entran en juego en el deporte y llega hasta el límite humano, no más allá. Ergo...

En todos los ámbitos existe la alienación.

Y no son ellos los que se enriquecen con esas marcas, recuerdo.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Saben eso de abrir un libro y decir: "Esto, coño, esto es precisamente lo que yo siento, lo que yo pienso, lo que yo necesito?"... Pues tal cual, hoy, con este poema:

Estoy a unos metros de la playa:
las olas empujan hacia fuera
y la corriente tira mar adentro.
.
Me siento en paz.
.
Porque esta vez
la contradicción
el tira y afloja
el remolino
no habitan en mí.
.
Yo sólo soy la presa que el mar
y el socorrista se disputan.
Mi vida está en juego
como tantas veces
haciendo trampa:
sumergida hasta las rodillas.
.
Ana Pérez Cañamares, "Bandera roja", en Alfabeto de cicatrices, Tenerife, Baile del sol, 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

¿Qué sentirá el último minero en salir? ¿Se le pasará, por un momento, por la mente y/o el corazón la idea de quedarse, de rechazar la salida, el espectáculo, la realidad, la mentira, la locura?...

sábado, 28 de agosto de 2010

Temor...

... a que la desgracia de los mineros en Chile se convierta en un "Gran hermano" bajo tierra. Pero no, no podrá ser ¿verdad que no?

martes, 6 de julio de 2010

¿No les pone un poco los pelos de punta esta fotografía? Noticia aquí. Atención a la frase final: "Y no caía en la tentación de la mujer florero". Pues no sé yo qué es mejor...

lunes, 14 de junio de 2010

Y digo yo, si hay que dinamitar la carretera para drenar el agua que se ha embalsado en un pueblo, ¿no será que la carretera está donde no debía estar?... Me recuerda a La senda de los elefantes...
 _______

Ahora entiendo al ama, mi tía Tina, que, cuando estábamos en Tremáu, y empezaba a llover se ponía muy nerviosa, cerraba todas las ventanas y rezaba una oración a Santa Bárbara (situación que yo, niña de asfalto, no alcanzabaa comprender). ¡Lástima no recordar ahora esa oración!... Porque, la madre dixit: "Que Dios nos libre, que saber poco nos vale"...

martes, 6 de abril de 2010

¿Ustedes creen que en pleno mes de junio-julio, con treinta y tantos grados a la sombra y los nervios, me voy a acordar yo del Breve tratado de Grimalte y Gradissa o la Historia de Grisel y Mirabella?...

(y, por favor, no me pregunten por qué sale la foto en vertical, porque yo la he sacado en horizontal)

... y así andamos:

Jordi y yo comentamos una vez que el disco más hermoso de Paco, hasta la fecha, es éste, que incluye este poema de García Lorca (que pueden escuchar en este blog). En este momento, yo quiero morirme
escuchando esta
canción.

Yo vuelvo

por mis alas.

¡Dejadme volver!

¡Quiero morirme siendo

amanecer!

¡Quiero morirme siendo

ayer!

.

Yo vuelvo

por mis alas,

¡Dejadme retornar!

Quiero morirme siendo

manantial!

Quiero morirme fuera

de la mar.

.

Federico García Lorca, “El regreso”, en Suites.

jueves, 18 de marzo de 2010

¿Por qué el neceser siempre rompe el orden de la maleta, mochila o macuto?

jueves, 4 de marzo de 2010

La libertad se defiende a copas (Ejemplos: Bolivia. España)
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¿De verdad que un profesional no cuenta con otros métodos de inmovilización?...

Cuando vi a esta profesora de música

llorar sobre su piano tras el terremoto en Chile, recordé la «Oda a Francisco Salinas» (catedrático de música en Salamanca, ciego, como Clemente Colling, el maestro de Felisberto) y cuán lejos quedó la armonía de las esferas... Y así nos va. Copio las dos primeras liras:
.
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música estremada,

por vuestra sabia mano gobernada.

.
A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida

de su origen primera esclarecida.

.
(«Oda a Francisco Salinas», Fray Luis de León)

lunes, 22 de febrero de 2010


Sin afán romántico, ¿qué tal si todos los muros fueran como éste?...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Pregunta La Moni: ¿Por qué todas las hippyjis [que invaden el barrio los fines de semana para sumergirse en la interculturalidad, digo yo] ponen el pie sobre la silla?

miércoles, 7 de octubre de 2009

El roto, hoy, en El país

Cada vez que surge el conflicto sobre las investigaciones nucleares en Irán yo me hago esta misma pregunta. Y lo hago desde el lado correcto, claro, desde el eje del bien... Pero eso no me consuela. La pregunta siempre aparece... Y no me convence la respuesta.

domingo, 27 de septiembre de 2009

¿Por qué cada vez hay menos tiestos en los balcones de Madrid?

sábado, 2 de mayo de 2009

¿Qué buscan las manos cuando acarician un rostro?

viernes, 6 de marzo de 2009

Oído hoy en cercanías. Hablan dos chicas jóvenes: «Cuando estás en prácticas, tienes que aguantar». Lo copio en mi libreta. Pienso en el significado de «aguantar». Llego a casa, lo busco en el María Moliner. Dice en una de sus acepciones: «Sufrir cosas como trabajos, padecimientos, molestias, malos tratos, impulsos o deseos sin oponerse a ellos, reaccionar contra ellos, quejarse o sucumbir o ceder a ellos [...]». Y, entre sus sinónimos, aparecen verbos como callar, cargar, ceder, chincharse, conformarse, consentir, contenerse, llevar su cruz, jeringarse, jorobarse, permitir, tragar... etc., etc. Entonces, ya sí, me permito pensar en el significado de la frase y entonces me surgen preguntas: «¿Aguantar? ¿Aguantar qué» «Aguantar por qué» «¿Dónde nos dejamos los trabajadores la dignidad? —esa dignidad que a muchos les costó la vida—»...

martes, 24 de febrero de 2009

La Moni pregunta...

¿Por qué los envases «abrefácil» no lo son tanto, ¡o nada!?
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¿Por qué las coronas no se están quietas en las cabezas de las misses?