miércoles, 22 de agosto de 2012

Saudade

Como cuando se corta cebolla, que una empieza a llorar de forma involuntaria y termina llorando por la pena original, así también con el zafarrancho de combate de las estanterías, que una empieza a limpiar el polvo y termina limpiando, removiendo o acumulando recuerdos... Saudade.
 
Y que nadie me vuelva a decir que no se pueden colocar tres gerundios seguidos porque yo soy gerundiana. Y punto.
 
 

2 comentarios:

  1. Hasta yo te los voy a perdonar,
    gerundina, gerundiana, gerundítica.

    Saudade, una de mis palabras, tiene una peculiar historia académica:
    la recogía el Diccionario de Autoridades como voz portuguesa y con una hermosa definición:

    finísimo sentimiento del bien ausente, con deseo de poseerlo.

    Así definían durante todo el siglo XVIII.

    A partir de 1803 desaparece de los diccionarios académicos hasta 1927, aunque desde esta fecha solo la recogen los Manuales de la academia y no el diccionario usual.
    No aparece en un DRAE usual hasta el año 1992¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡, con una definición menos menos mágica

    En fin, la vida
    J1

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  2. Hermosísima definición, sí señora (aunque me chirría un poco lo de "poseerlo", pero, en fin...). Adivina en quién pensaba cuando subí el video (¡ja!). A ver si viene y añadimos a Mariza a nuestro sentimiento grupi...

    ¿A quién te recuerda el término "finísimo"?... Seguro que ¡acertaste!

    Y lo del gerundio es que siempre me acuerdo de mi adorada Carmen Martín Gaite en una charla en el Círculo donde dijo que escribir tres gerundios seguidos era pecado mortal y, claro, yo intento no hacerlo, pero está visto que lo mío es el proceso simultáneo o inmediatamente anterior a... O me gustaría que así fuera, vaya.

    En fin, la vida

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