miércoles, 22 de agosto de 2012

Un poema de Xabier Lete...

Cuántas veces he querido borrar con un trapo mojado
lo escrito en la pizarra,
cancelar las palabras huecas,
el exceso de fechas, los proyectos, los trabajos atrasados,
los objetivos desmesurados
o de pequeño fuste,
las obligaciones siempre embarazosas al final.
Cuántas veces he querido adormecerme
contemplando una tarde lluviosa de agosto,
olvidándomede ideas, imágenes, argumentos,
perderme en fantasías inciertas
o rendirme en el umbral del sueño
a la tentación de la no existencia.
Y pedir perdón
a los que en la hora fatídica no me encontrasteis
en el lugar previsto, en los recodos de la vida.
Con frecuencia procuré
acomodar mi vida a lo escrito en la pizarra,
pero el ángel caído de paraísos de vanidad era oscuro,
y siempre abatido por la fatiga de la desesperanza.

Xabier Lete, Las ateridas manos del alba (traducción de Jabier Imaz Aierbe y José Ángel Irigaray), Pamplona, Pamiela, 2011

2 comentarios:

  1. Me ha encantado. Perfecto para la vuelta a la pizarra, después de estar en Bilbo.

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  2. Me alegro de que te haya gustado. Creo que las palabras de Lete hay que beberlas despacito, invitan a un viaje interior tal vez no siempre grato pero siempre necesario. Ese poso de tristeza y sin embargo...

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