Esta mañana, dos alumnas de 1º de la ESO me han regalado dos macetas de rosas de pitiminí (unas rojas, otras rosas) y unas cartas que justifican todos los malos ratos que a lo largo del curso una se lleva por una causa u otra. Al cabo, tengo la profesión más hermosa del mundo...
En las macetas, dos notas en las que se incluye (sí, en ambas) la siguiente indicación:
SON DE EXTERIOR. NECESITAN MUCHA AGUA Y LUZ.
Sin querer, se han descrito. ¡Mis poetas!...
Me han pedido que les pusiera su nombre. Y así he hecho: una S, otra H...
¡Que no se me mueran, que no se me mueran, que no se me mueran!...
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