domingo, 24 de abril de 2016

mi joven amada tendrá otros amantes,
pero ninguno de corazón más suspenso que el mío
cuando desvela a mi deseo
el hambre estremecedora de su posible cuerpo.

No es posible que exista nadie cuyos brazos griten con más fuerza,
cuyos labios ansíen besarla más-
nadie hará jamás a mi amada
lo que mi sangre,cuando la abrazo y la beso

(o cuando a veces me invita simplemente
a poseer en profundidad toda su desnudez,
su carne se asemeja a todos los violonchelos de la noche
contra el solitario violín de la mañana)

algo más lejano que los barcos o las flores nos cuentan cosas,
su beso me comprende poderosamente
como un resplandeciente bosque de gigantescos árboles fugaces
-¿qué importa,pues,que ella tenga cien amigos?

ella recordará,creo,mis manos

(no estaría bien mostrarse celoso en esto.)
Mi juvenil deseo no tendrá más mujeres.
              
E.E. Cummings, en Buffalo Bill ha muerto. Antología poética 1910-1962, traducción de José Casas, Madrid, Hiperión, 1996

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