martes, 10 de marzo de 2015

¡Ay, lo que cuesta a veces!

 
Propongo que la única cosa de la que se puede ser culpable es de haber cedido en su deseo.[...] Se puede incluso presentir que si no se tienen totalmente claras las cuentas con su deseo, es porque no se pudo hacer nada mejor, pues no es una vía en la que se pueda avanzar sin pagar nada.
Jacques Lacan, Seminario VII

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