«Y, a los de nuestra generación [la de Stefan Zweig:
Austria, 1881-Petrópolis, 1842], nos parecía que Montaigne daba tirones
inútiles a cadenas que creíamos rotas hacía tiempo, sin sospechar que el
destino las había forjado ya de nuevo para nosotros, más duras y crueles que
nunca. […] Una de las misteriosas leyes de la vida es que descubrimos siempre
tarde sus auténticos y más esenciales valores: la juventud, cuando desaparece;
la salud, tan pronto como nos abandona y la libertad, esa esencia preciosísima
de nuestra alma, sólo cuando está a punto de sernos arrebatada o ya nos ha sido
arrebatada»
Stefan Zweig, Montaigne (traducción J. Fontcuberta, prefacio J. Bayod Brau, edición Knut Beck), Barcelona, El acantilado, 2008
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