lunes, 7 de octubre de 2013

Me espanta que, a veces, mis alumnos expresen esa idea de que en la cárcel no se vive tan mal... Para mí, el hecho de no poder decir me voy a la calle ya es la losa... Al menos, cierta forma de muerte. Recuerdo siempre la frase de Mauricia la Dura cuando sale del reformatorio en Fortunata y Jacinta: ay, mi querida calle de mi alma... Y aquí un artículo de Julio Rodríguez Puértolas, que analiza esta novela como novela libertaria. Como todos deberíamos saber, el bien más preciado es la libertad...
 
Será por eso que me gusta tanto (Fortunata y Jacinta) y que me ha gustado tanto este pedazo de película de los hermanos Taviani: César debe morir.
 
 


1 comentario:

  1. Los alumnos son muy jóvenes y a muchos no llegan a distinguir la justicia de la venganza. Les cuesta entender por qué no debe ejercer justicia la víctima. Tampoco llegan a compreder que el trato humano que una sociedad ejerce sobre los que están privados de derechos la dignifica. Irán creciendo y con profes como tú lo aprenderán con seguridad. La película es estupenda, un blanco y negro estremecedor, un decorado minimalista que deja el drama al desnudo, unos actores tan desgarradoramente sinceros. ¿Tiene tiene legitimidad el asesinato en nombre del pueblo y en por la libertad del pueblo? Tenía que ser de los venerables y ancianos Taviani. Pónsela a tus alumnos, que analicen, debatan, argumenten y se dejen de tanto pretérito perfecto.

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