«Por
agarrarme de algo, o para empezar a escribir, diré que no se me ocurre nada, o
más bien dicho lo escribiré. Sin embargo quiero escribir. Es un deseo tranquilo, profundo, pero que no encuentra
cómo realizarse. Voy a repasar un poco lo que sé sobre el asunto. No hay cosa
que me haya parecido tan mal como los que simplemente “quieren” escribir por
vanidad, porque han logrado engañarse creyendo que deben hacerlo porque tienen
condiciones, porque lo sienten,
porque quieren hacerlo sólo para ellos mismos sin descartar la esperanza de que
pueda resultar para los demás porque les gusta suponerse, verse escritores,
según modelos que han visto…
[…]
Debo tomar
otro camino. Debo volver a mí. […]
Todavía no
encuentro un camino para explicarme lo que me pasa.»
Felisberto
Hernández, de Últimas invenciones, en
Obras completas (vol. 3), México,
siglo xxi, 1999 (cuarta edición)
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