lunes, 12 de septiembre de 2011


Si te importa -de verdad- la educación.

Si crees que todo el mundo merece recibir la mejor formación posible.

Si opinas que es necesario atender a la diversidad y a la singularidad de los alumnos.

Si piensas que las clases de Secundaria no deben albergar a más de 30 estudiantes.

Si te parece que dejar la tutoría a libre albedrío de los centros es una aberración educativa que perjudica a los alumnos y a sus familias.

Si te preocupa que 3000 madrileños más engrosen las listas del paro.

Si te inquieta que se supriman refuerzos, desdobles, orientadores, compensatoria y todos los apoyos que los alumnos con más dificultades necesitan para sacar lo mejor de sí mismos.

Si te enfada que desaparezcan los laboratorios, las prácticas, las actividades extraescolares o el horario de biblioteca por falta de personal para atenderla.

Si no entiendes que se apoye la educación privada desgravando 90 millones de euros a quienes llevan allí a sus hijos y, a cambio, se recorten 80 millones de euros en la pública.

Si te enfada que se destinen más de 100 millones de euros a campañas de autopromoción de la Comunidad de Madrid en lugar de apostar por la calidad educativa.

Si no comprendes por qué Madrid es una de las Comunidades que menos dinero invierte por alumno.

Si piensas que todos tenemos derecho a recibir la mejor de las educaciones.

Si tu idea de excelencia no consiste en segregar, escindir y favorecer solo a unos pocos.

Si no crees en una sociedad que perpetúa en el fracaso escolar a quien no puede pagarse una formación mejor.

Si defiendes la educación pública como uno de los pilares esenciales de cualquier sociedad democrática.

Si sabes que la educación no es gasto, sino inversión.

Si no estás de acuerdo con que recorten el porvenir de tus hijos. De tus alumnos. O el tuyo propio.

Si piensas que el futuro de un país sin una educación pública fuerte es desolador, oscuro y negro.

Entonces -solo entonces-, súmate a nosotros, ven a la manifestación del 14S y tíñelo de verde.


Texto de Fernando J. López en su blog Eso de la eso.

1 comentario: