martes, 13 de septiembre de 2011

Campamento base 2

Por mi mala cabeza... yo me puse a estudiar. En 1998, yo tenía treinta y cuatro años, era secretaria y ganaba 150.000 pelas (una pasta). Y cosas personales que me callo porque no vienen a cuento. Pero mis malos pasos siempre me han llevado por caminos equivocados. Hice el Acceso a la universidad para mayores de veinticinco, aprobé, estudié Filología hispánica, hice el doctorado (para lo cual dejé de fumar los dos paquetes que me fumaba diariamente...), defendí la tesina (prefiero este nombre al real: Diploma de Estudios Avanzados, DEA, que me suena a servicios de tortura), me presenté a las oposiciones,  entré en la lista preferente, fui interina, aprobé la oposición, hice mi año de prácticas. Soy funcionaria, por lo tanto. Y ahora... ¡Ja! Probablemente, tenga que hacer las suplencias que no van a hacer mis compañeros interinos porque los han despedido...

¡Ay, pero no, que no ha habido recortes, perdón! Aquí, aquí, aquí...

Menos mal que sé que tengo razón.

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