martes, 12 de julio de 2011

«En resumen: para realizar con dignidad este oficio, para llegar a ser buenos teatreros, la clave está en comprometerse a adquirir todos estos elementos de conocimiento, y esto viene del estudio, de la observación directa, de la práctica. En conclusión: huir de prejuicios, evitar perseguir la moda, si no quieres encontrarte con el culo al aire. Estar vinculado a nuestro tiempo, incluso cuando se trate con material del pasado. Rechazar las definiciones, las categorías de importancia, es decir, las clasificaciones de tipo aristotélico para entendernos, según las cuales en la escala de valores primero está la tragedia, después el drama, luego la comedia y así seguido, hacia abajo hasta el teatro de marionetas, el saltimbanqui, el payaso


«He visto a Gassmann salir de escena después de un espectáculo y desplomarse en una silla, completamente hecho polvo, mientras que en escena durante toda la función parecía que no le costaba nada… eso quiere decir oficio y talento»

 
Dario Fo, Manual mínimo del actor (traducción de Carla Matteini), Hiru, 1998
 


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