martes, 28 de junio de 2011

El lunes de la semana pasada, y por razones que no vienen al caso, me desvelé. Afortunadamente, M me había dejado tres libros y, como casi siempre me pasa, encuentro justo lo que necesito en el momento en el que lo necesito (especifico: literariamente hablando). Eran las tres de la mañana y el libro es ligero para leer en la cama,así que comencé y no pude dejarlo: setenta y seis páginas en dos horas. Tengo el libro lleno de marcadores (no lo he subrayado porque no ERA mío...). Éste es uno de ellos. Me ha recordado este fragmento un comentario de María acerca de una entrada (mía) en la que se menciona a David... Por ellos, por mí y por todos los gángsteres que en el mundo somos.

«Lo único que me concierne es lo que debo hacer, no lo que la gente crea que debo hacer. En esta máxima, tan difícil en la vida práctica como en la intelectual, reside la entera distinción entre grandeza y mediocridad. Es la más ardua porque siempre encontrarás a aquellos que creen saber mejor que tú en qué consiste tu deber. Es fácil vivir en el mundo siguiendo los dictados del mundo; es fácil vivir en soledad según nuestros propios dictados; pero el gran hombre es aquel que, en medio de la multitud, mantiene con impecable dulzura la independencia de la soledad»
Ralph Waldo Emerson, Confianza en uno mismo, Madrid, Gadir, 2009

2 comentarios:

  1. A lo que "debo" yo añadiría lo que "quiero", del que a veces nos olvidamos por mor de lo que consideramos responsabilidades. Por otra parte, totalmente de acuerdo en que la independencia genera soledad, como también lo hace la intelectualidad.

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