que se aplica
a ultranza
a tirar piedras
sobre mi tejado
pero más adelante
cuando el tiempo cambia
porque el tiempo siempre cambia
entonces
encima
—debajo más bien—
todavía tienen el puto morro
de venir a quejarse
y a protestar
porque en sus propias casas
tienen
goteras
David González, Loser, Bartleby Editores, Madrid, 2009
«La absurda coherencia es el duende travieso de los espíritus menores; los estadistas, filósofos y teólogos la adoran. A un alma grande la coherencia le trae simplemente sin cuidado. Mejor haría en preocuparse de su propia sobra en la pared. Di ahora sin tapujos lo que piensas, y mañana no vaciles en volver a decirlo, aunque contradiga cada una de las palabras que dijiste hoy: “Ay, pero no tengas dudas de que no te comprenderán” ¿Es acaso tan terrible no ser comprendido? Pitágoras no fue entendido, ni Sócrates ni Jesús ni Lutero; y tampoco lo fueron Copérnico, Galileo o Newton, ni ninguno de los espíritus puros y sabios que han pisado la tierra. Ser grande es ser mal comprendido»
Ralph Waldo Emerson, Confianza en uno mismo, Madrid, Gadir, 2009
... y ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!:
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