En el casco antiguo de Córdoba, los nombres de las calles están en azulejos blancos con letras azules tal que así:

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Pero alguien usurpa, con pegatinas-grafitti, esta capacidad de nominación y deja mensajes interesantes desperdigados del tipo:

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Y habrá que repetirlo, ¡qué remedio!: "Caminábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" (Julio Cortázar, Capítulo I, Rayuela) (que bien pudiera ser: "No me buscarías si no me hubieras encontrado"...)

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Y es que: "El amor es lo más grande del mundo" (dice el graffito ¿eh? Yo no, Dios me libre)

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