miércoles, 17 de noviembre de 2010

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Ayer, M. me regaló, de forma inesperada para él y para mí -creo-, un libro de Emily Dickinson. No había leído -pese a su gran fama- nada de ella. En mi primera "cata", siento que es una autora para leer en pequeñas dosis...

Somehow myself survived the Night
And entered with the Day -
That it be saved the Saved suffice
Without the Formula.
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Henceforth I take my living place
As one commuted led -
A Candidate for Morning Chance
But dated with the Dead.
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De algún modo sobreviví a la Noche
y penetré en el Día -
Para el que fue salvado la Salvación
le basta, aunque no sepa Cómo.
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Tomo pues mi lugar en esta vida,
como a quien le conmutan la sentencia -
Candidata al Azar de la Mañana
pero con una cita con los Muertos.
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A word is dead
When it is said,
Some say.
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I say it just
Begins to live
That day
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Dicen algunos
que una palabra muere
cuando es dicha.
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Yo en cambio opino
que comienza a vivir
justo ese día.
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Emily Dickinson, Poemas a la muerte (selección, traducción y prólogo de Rubén Martín), Madrid, Bartleby Editores, 2010
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Y el lunes, presentación de Intemperie, lo nuevo de Luis Eduardo Aute en el Nuevo Alcalá (el Alcalá Palace de nuestra vida...). Comenzó con Me va la vida en ello y terminó con La belleza... ¡Ahí es nada! Me sobraron músicos (el sonido dejaba que desear) y me faltó él con la guitarra (porque cuando lo hizo fue fantástico...). Espectaculares los tambores de Calanda (que me hicieron recordar a la Raco todo el tiempo). Espectaculares. Hay que ir a Calanda. Por Buñuel, el surrealismo y los tambores...

2 comentarios:

  1. ¡Ay, qué guay! A falta de conocer su obra, quiero decir y digo que el retrato de doña Emily parece talmente de una peli de miedo....

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  2. Sí, hermana, las mujeres inteligentes siempre dan miedo...

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