sábado, 28 de agosto de 2010

Sí, creo en los ángeles (iii)

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No me lo van a creer, ya sé yo que no me lo van a creer, pero la cosa ha sido así:
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Iba yo esta mañana en el 19 (autobús) a casa de unos amigos (en el mes de agosto yo me dedico a cuidar las plantas de los amigos, que no me gustan las aglomeraciones veraniegas ni el sudor playero -poco elegante, como el suicidio-) leyendo Dietario voluble, de Vila-Matas. En los últimos tiempos andamos  (yo mayestático, sí) con Portugal p'arriba y p'abajo por diversos motivos que no vienen a cuento en este momento. Y no me lo van  acreer, ya sé que no me lo van a creer, pero leo (págs. 96-99..) una parte en la que habla del faro de Santa Marta en Cascais. Vale. Propio de un escritor, y más de un escritor tan literario como Vila-Matas: Portugal, melancolía, heterónimos, magia, mar, faro... etc., etc. Escribe que en l989 compró en la plaza de Comercio de Lisboa una postal del faro y "No sabría decir por qué, pero me dio por pensar que aquel sencillo paisaje antiguo -una casa, dos palmeras, unas rocas y el faro pintado con vellas rayas horizontales de blanco y azul y coronado por el color rojo- guardaba una misteriosa relación con una vida anterior mía".
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Sigue contando Vila-Matas y poco después escribe: "No fue hasta 1993 cuando volví a encontrarme con aquel paisaje de Cascais [...] La casa o 'vivienda Lino", informaba la revista, pertenecía ahora a los Kennedy portugueses, 'la emblemática familia de banqueros apellidados Espírito Santo'. Volví a conocer una inmersión radical en la melancolía. La memoria difusa de haber estado alguna vez en aquel lugar. ¿Cuándo? No lo sabía. Pero ya había estado allí antes de haber estado nunca". Poco después dice: "una noche, mis amigos Herminio, Manuela y el poeta Al Berro, sin saber nada de mi relación con el faro, me llevaron en Lisboa a la terraza de un bar de Cascais, delante mismo de la casa de los banqueros Espírito Santo...". Cierro el libro al terminar este fragmento (pág. 98). Pasamos por la calle Velázquez, Madrid, a la derecha, una sede del banco Espírito Santo. Ignoro cuántas oficinas tiene en Madrid, pero no muchas. Me río, pienso que Cortázar sigue haciendo de las suyas... ¿Significado? Ninguno. Ninguno que sepamos leer del lado de acá, desde luego... 
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Y, sin embargo, pienso en un lema que escribí hace tiempo antes de un cuento: "El mejor viaje de mi vida no lo hice nunca y fue contigo". Ese viaje tiene como fondo Lisboa. He estado en Lisboa dos veces. Las dos veces fui feliz. Y, sin embargo, el lema sigue siendo cierto... Pero no, no creo en el Espíritu Santo (sí en los ángeles, sobre todo en los ángeles caídos)
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Escultura del Ángel Caído, Retiro, Madrid. Tomo la foto de este interesante blog.

1 comentario:

  1. Hay dos sucursales de atención a público particular y una especializada en empresas, nada más

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