lunes, 9 de agosto de 2010

 Fotografía: Loomis Dean

Jacques busca a su padre, mejor, el recuerdo de su padre -muerto cuando él sólo tenía meses- a  través de su madre. Pregunta, da posibles respuestas, necesita saber de ese muerto-niño, necesita saber algo de aquel padre que existe sólo en su memoria; más: en su necesidad. Recuerdo imaginado, presencia necesaria. La madre, un poco sorda y con dificultades en el habla, se pierde en imposibles respuestas :
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"Decía sí, tal vez fuera no, había que remontar el tiempo a través de una memoria en sombras, nada era seguro. La memoria de los pobres está menos alimentada que la de los ricos, tiene menos puntos de referencia en el espacio, puesto que rara vez dejan el lugar donde viven, y también menos puntos de referencia en el tiempo de una vida uniforme y gris. Tienen, claro está, la memoria del corazón, que es la más segura, dicen, pero el corazón se gasta con la pena y el trabajo, olvida más rápido bajo el peso de la fatiga. El tiempo perdido sólo lo recuperan los ricos. Para los pobres, el tiempo sólo marca los vagos rastros del camino de la muerte. Y además, para poder soportar, no hay que recordar demasiado, hay que estar pegado a los días, hora tras hora, como lo hacía su madre, un poco a la fuerza, sin duda [...] Él hubiese querido que se apasionara describiéndole a un hombre muerto cuarenta años atrás cuya vida había compartido durante cinco años (¿la había compartido, verdaderamente?). Pero ella no podía, Jacques no estaba siquiera seguro de que hubiera amado apasionadamente a aquel hombre, y en todo caso era incapaz de preguntárselo, él también era mudo delante de ella e inválido a su manera [...]"
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El maestro al niño Jacques en El primer hombre, de Albert Camus:
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"-Ya no me necesitas -le decía-, tendrás otros maestros más sabios. Pero ya sabes dónde estoy, ven a verme si precisas que te ayude.
.....Se marchó y Jacques se quedó solo, perdido en medio de esas mujeres, después se precipitó a la ventana, mirando a su maestro, que lo saludaba por última vez y que lo dejaba solo, y en lugar de la alegría del éxito, una inmensa pena de niño le estremeció el corazón, como si supiera de antemano que con ese éxito acababa de ser arrancado el mundo inocente y cálido de los pobres, mundo encerrado en sí mismo como una isla en la sociedad, pero en el que la miseria hace las veces de familia y de solidaridad, para ser arrojado a un mundo desconocido que no era el suyo, donde no podía creer que los maestros fueran más sabios que aquel cuyo corazón lo sabía todo, y en adelante tendría que aprender, comprender sin ayuda, convertirse en hombre sin el auxilio del único hombre que lo había ayudado, crecer y educarse solo, al precio más alto".
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El primer hombre es el libro que encontraron manuscrito -sin terminar y sin corregir- en el coche en el que se estrelló Albert Camus el 4 de enero de 1960 y que no fue publicado hasta 1994... Siempre se dice que es la historia de su vida -todos los datos conducen a ello, hasta en ocasiones surgen los nombres reales, como el de su maestro, Louis Germain-. Sin embargo, Camus dice: "Las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia". Y también: "No hay verdadera creación sin secreto"
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No sé de quién es esta fotografía... Lo siento. Pero la saqué de aquí.

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