domingo, 25 de julio de 2010

Lunáticos del alma mía...


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Según doña María Moliner, OBSESIÓN viene del latín "obsessio", derivado de "obsidere", asediar, de "sedere", sentar. Idea, preocupación o deseo que alguien no puede apartar de su mente. Es término usado específicamente en psiquiatría.
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Esto pa entamar, para que nadie se llame a engaño. Soy una obsesiva, ¡qué le vamos a hacer! Les contaré que llevo cuatro días obsesionada por una novela: La luna y las hogueras, de Cesare Pavese. Quiero escribir este libro, cada día entiendo mejor el "Pierre Menard, autor del Quijote" de Borges (perdón por la digresión. Ya saben: siempre una cosa lleva a la otra y todo es lo mismo. En fin)
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El narrador de la novela vuelve al Piamonte después de haber emigrado a América. Se enfrenta a lo que fue su infancia, las terribles injusticias padecidas -es un "bastardo", un niño abandonado, adoptado por otra familia pero como mano de obra familiar-. Seguro que en este momento ustedes se preguntarán por la época en la que la novela está ambientada ¿cierto? Poco después de la Segunda Guerra Mundial. Todavía aparece algún muerto arrastrado por el río, todavía los hijos de las violaciones son niños, todavía las gentes miran hacia abajo y susurran, cercadas por el miedo. ¿Alguna vez cambiará esto?... 
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Y cuando uno quiere recuperar su infancia no hay más remedio que contar con los amigos que fueron.Y así le ocurre a nuestro protagonista, que se encuentra y habla con Nuto, músico y campesino, partisano, comunista, reflexivo. Sabio:
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...-Pero Nuto -dije-, eso no se lo cree ni Cinto. [Cinto es un chaval tullido -así lo describe Pavese-, que acompaña al narrador en alguna caminata y en el que éste se ve, de alguna manera, reflejado. Lo que "no se cree" es que las hogueras son buenas para la tierra...]
...Y sin embargo, dijo, no sabía si se debía al calor o las llamas o a que les removía los humores, pero el caso era que todos los cultivos a cuyo lado se hacía una hoguera daban mejores y más abundantes cosechas.
...-Esta sí que es buena -dije-. O sea, que tú crees en la luna.
...-En la luna -dijo Nuto- hay que creer por fuerza. Prueba a talar un pino con luna llena y te lo comerán los gusanos. Una cuba la tienes que lavar cuando la luna es joven. Incluso los injertos, si no se hacen en los primeros días de luna, no prenden.
...Le contesté que por el mundo había oído novelerías de todo tipo, pero que las más disparatadas eran aquéllas. Era estúpido que tuviera tantas cosas que censurar del gobierno y de los sermones del cura si luego creía en aquellas supersticiones igual que los antepasados de su abuela. Y fue entonces cuando él, muy calmado, me dijo que superstición es sólo lo que hace daño, y que si alguien se aprovechara de la luna y las hogueras para robar a los labradores y tenerlos en la ignorancia, entonces ése sería el verdadero ignorante y habría que fusilarlo en la plaza. No obstante, antes de hablar, yo debería volver a hacerme campesino. Un viejo como Valino [un viejo del pueblo, taciturno, brutal, seco...] no sabría de otra cosa; pero de la tierra, sí.

La foto se la he mangado a Joxan...

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