«Lo recuerdo muy bien fue durante la guerra de 1914 y todos eran franceses y hablaban del sufragio femenino y una de las mujeres que escuchaba dijo, no por Dios tengo que hacer cola para tantas cosas el carbón el azúcar las velas la carna y ahora votar, por Dios.
.....A fin de cuentas eso no cambia nada y ellos [los franceses] saben que no cambia nada»
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.....A fin de cuentas eso no cambia nada y ellos [los franceses] saben que no cambia nada»
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«La propaganda no es francesa, no es civilizado querer que otros crean lo que uno cree porque la esencia de ser civilizado es poseerse a sí mismo tal como es, y si uno se posee a sí mismo tal como es por supuesto no puede poseer a nadie más, no es asunto suyo. Es por este elemento de civilización por lo que París siempre ha sido la casa de todos los artistas extranjeros, son cordiales, los franceses, rodean al extranjero de una atmósfera civilizada, y lo dejan en su interior completamente en paz»
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