domingo, 20 de diciembre de 2009

En el blog del Taller (aquí al llau), coordinado por Clara Obligado, han colgado el texto de la charla que dio la semana pasada Javier Saez de Ibarra en la librería especializada en cuento Tres rosas amarillas (C/ San Vicente Ferrer, 34. Madrid). Es un texto muy interesante para las personas a quienes les interesa este género... Y para los que no, también, porque plantea la necesidad de decir desde el yo y desde el ahora, qué sentido puede tener, qué sentido tiene el compromiso con nuestra realidad y con la escritura. O con nuestra realidad a través de la escritura...
.....Y yo, personalmente, quiero agradecerle la mención al gran Felisberto. Copio un fragmento de la charla y ya sabes, si pinchas en el título en rojo, vas a ese enlace... De un lugar a otro... Como siempre.
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«[...] Hay una idea que me parece definitiva sobre esto, porque va más allá y despeja las dudas, me refiero a la admirable declaración de Felisberto Hernández para quien el cuento no es un espejo, sino una lámpara. ¡Una lámpara!, ¡luz! Porque no refleja la realidad (no la repite), sino que la ilumina. Es el cuento el que nos hace ver la realidad, más allá de -superando- las imágenes que de ella nos ofrecen los poderes. En esto de la reproducción, ya Valle-Inclán nos había advertido que si queremos reflejar la realidad con un espejo, este ha de ser deformado, para dar la imagen verdadera de lo real, y no repetir lo dado. En la frase de Hernández se reivindica precisamente el valor de la lengua como red, como el lugar en que aparece lo real: las palabras del relato dicen la verdad en lugar de los ojos del que mira. El arte es conocimiento. Hay que saber dónde mirar o nos equivocan [...]» Sobre la experiencia en el cuento (Javier Sáez de Ibarra)


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