domingo, 18 de octubre de 2009

En Chile utilizan una expresión maravillosa: «Conversar un vino» «Vamos a conversar un vino» o «Quedemos y conversamos un vino». Claro, porque cuando uno va a hablar, charlar, discutir o pasar el rato, puede servir una caña, un vermú o un refresco, pero cuando uno quiere un encuentro y darle tiempo a la palabra... conversa un vino. Es que incluso la imagen, la mera imagen, es hermosa... Igual para la soledad: una llega tras pelear por ahí el día, se ducha, da de comer al gato, pone los pies sobre una banqueta y... toma un vino en una copa de cristal grande, de esas que parecen una pecera, dándole espacio (aunque he de reconocer que yo me lo sirvo casi siempre en un vaso de sidra... Me gusta.)

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¡A la vuestra!...

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