«Al llegar a este punto, sin embargo, Alicia comenzó a sentirse muy dormida, y continuó diciendo así, entre sueños: “¿Comerán murciélagos los gatos? ¿Comerán murciélagos los gatos?”, y a veces también se le escapaba un “¿Comerán gatos los murciélagos?”, pues como veréis, ya que no sabía cómo contestar a ninguna de las dos preguntas, no importaba cuál de las dos se hiciera»,
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Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas, Madrid, Alianza Editorial, 1981 (9ª edición). Traducción de Jaime de Ojeda.
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Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas, Madrid, Alianza Editorial, 1981 (9ª edición). Traducción de Jaime de Ojeda.
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