Lo he escuchado (esto) y mi proceso mental ha sido el siguiente (escribo sin digresiones, que también las hubo en el proceso, claro): «Este señor es el presidente de una comunidad autónoma española. España pertenece a los países desarrollados. Luego este caballero es un político de referencia. Un "político de referencia", en un país democrático, es un triunfador. Sigue siendo un triunfador a pesar de estar procesado por un supuesto caso de financiación ilegal (en España, a los individuos que roban "sin que los pillen" de toda la vida se les ha considerado triunfadores). Esta declaración del señor Camps respecto a la situación del pp en Valencia podrá adjetivarse de mil maneras, pero desde luego no es una reflexión política (por no hablar del tono...). Lo siguiente lo escribo en masculino por pura anécdota: "Yo quiero ser un triunfador. Luego... ¿para qué voy a estudiar, para qué esforzarme en elevar mi pensamiento si con llevar trajes impecables y usar el sentimentalismo —en el cual soy experto, ¡pues no me he chupado culebrones!— me basta? "».

Nota bene: después, he recordado que, al menos en lo que tiene que ver con la oratoria, me tocó vivir tiempos mejores... (me refiero sólo a la época de la transición, claro...)