Como llevo unos días sin publicar, no quería regresar con cualquier cosa... O sí: pero tiene que ser eterna entonces.
«El polvo de la manada», en La eterna cualquiercosa de Martín López-Vega.
Esas muchachas que sonrientes posan en el río
como pueblerinas ondinas orondas
y han detenido el fluir del tiempo con el truco
de un instante que se seguirá repitiendo ya sin ellas
Las que se arrojan bolas de nieve
y tal parece que la nieve cuando las alcance
diseminará un polvillo que les dará eternidad
Los que en torno al banquete de una boda
todo bullicio y algarabía han resistido apenas
en este instante detenido de silencio y de miradas fijas
Los rostros severos alrededor del muerto
en una fotografía hecha para ser enviada al otro lado del océano
y certificar que la rueda sigue girando
que uno más se ha caído de ella
De entre todos ellos
Los niños serán viejos que conserven algo de la mirada de
antaño
Cuando un recuerdo perdido regrese de súbito
Llegado cómo Devuelto por qué Con qué intención
antes de regresar al silencio de la mirada
Los viejos habrán muerto y los vivos habrán comenzado a
olvidarlos
Algunos tendrán tumbas en las que aplicados familiares
dejarán puntualmente flores de plástico
Los cadáveres serán hueso y pelo
Un pelo triste que ya nadie se atreverá a acariciar
que sólo ondea con el viento que provoca
el paso de la guadaña
Qué nos dicen desde el instante quieto de las fotografías
En qué insisten Por qué su sonrisa se ha vuelto triste
Por qué el aroma de su felicidad nos estremece
Acercamos el oído para escucharles
Las casas habrán caído
y con sus piedras se habrán construido otras casas
Los minerales que componían sus cuerpo
habrán vuelto al agua
que habrá hecho crecer los árboles
bajo cuya sombra jugaron siendo niños
Somos quienes fueron Lanzamos sus bolas de nieve
Nos bañamos en su río Vivimos en sus casas
Nos dedicamos a sus oficios Reímos sus risas
Amamos el polvo de los cuerpos que amaron
Somos aplicados orfebres de lo efímero
Mientras nuestra mirada vaga entre ellos
se convierten en polvo al mismo ritmo
que nosotros nos convertimos en polvo
y queda sólo
mientras las sombras que somos pasan al trote
el polvo que levanta la manada
Martín López-Vega, La eterna cualquier cosa (poemas 2010-2014), Valencia, Pre-textos, 2014
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