miércoles, 20 de mayo de 2015

Carta abierta a mi hermana

Aissshhhh, ejke apenas encuentro propuestas concretas en materia de prestaciones por dependencia, accesibilidad en edificios (ascensores), recursos y personal en centros de salud, etcétera. Y lo que he encontrado es muy vago y generalista.... Porque de autónomos ni hablamos!! Estoy que no estoy en mí ;) ;)
 
Este párrafo es un mensaje de mi hermana, que es una persona seria, comprometida y a la cual -deformación profesional: es periodista- le gusta informarse, documentarse, antes de emitir un juicio, tomar decisiones, llevar a cabo proyectos, etc.
Los asuntos que le preocupan son algunos de los problemas a los que nos enfrentamos diariamente. Nuestra madre tiene ochenta y un años y es dependiente. Lo es desde hace bastante tiempo -grado 2 en vías de revisión-, pero desde el pasado 29 de septiembre lo es más porque -esta historia les sonará- se rompió la cadera y le pusieron una prótesis. Mi madre tuvo poliomielitis de pequeña, hecho por el que ha arrastrado -nunca mejor dicho- una severa cojera toda su vida. Además, es diábetica, insulinodependiente. No me extiendo en más patologías, aunque podría.
 
De ahí las preocupaciones de mi hermana. Porque en el ambulatorio que les corresponde hace unos meses redujeron personal (esto supongo que no les suena, ¿verdad?) y una de las primeras cabezas que rodó fue la de su enfermera (iba a escribir habitual, pero me trae malos recuerdos; aquello del equipo médico habitual... ¿de aquellos polvos estos lodos?). Vanesa es una profesional impecable: cuidadosa, atenta, eficaz. Donde esté, espero que le vaya bien. La echamos de menos, aunque sus compañeras hacen lo que pueden en un barrio -Embajadores- donde viven muchos ancianos. Afortunadamente.
 
Digresión: ya les he dicho que mi hermana es periodista, y le gusta analizar las cosas. Pues bien, me enseña hoy los sobres de propaganda electoral y me pregunta: "¿Qué, no notas nada?". Yo, que no tengo mucha paciencia para analizar, los miro y le respondo: "¿Que son de diferente color?"... Pero, vamos, por decir algo. Y ella me señala: "IU, un sobre para mamá y otro para mí; PSOE, un sobre para mamá y otro para mí; PP -rrrrr-, un sobre para mamá y otro para mí... Ciudadanos, un sobre para mí". O sea, que esto de que el futuro será de los jóvenes o no será lo lleva hasta sus últimas consecuencias... Otro dato: en el sobre, figura su imagen, la suya, la de Albert Rivera, lo cual nos parece a ambas muy significativo de lo que es este partido. ¿Por qué figura en el sobre la imagen de un señor que no se presenta a estas elecciones, que son autonómicas y municipales? En mi tierrina lo dirían de forma muy expresiva: ¿Cómo ye, ho?
 
Pero vuelvo al tema. Como mi madre vive en un tercero sin ascensor, cuando le dieron de alta en el hospital tras la operación, se nos ocurrió que la mejor forma de que hiciera la rehabilitación era en una residencia de estancia temporal (dos meses ampliable a tres). Consideramos que, tras toda una vida de trabajo, lo menos a lo que puede aspirar una persona mayor es a que se le atienda en sus necesidades. Porque, como ellos mismos dicen, para eso hemos cotizado... Pero no, deben de estar equivocados (sobre todo, a la luz de la última información sobre la hucha de las pensiones). Excuso decir que los dos meses ampliables a tres se quedaron en dos meses porque ni mi hermana ni yo queremos aparcar a doña Alicia, sino que tenga una asistencia que nosotras no podemos proporcionarle porque no somos expertas ni en medicina ni en geriatría.
 
Las publicitadas residencias de la Comunidad de Madrid son un museo de los horrores. Durante los dos meses que duró su estancia, fuimos todos los días de forma alterna, por lo que pudimos comprobar de primera mano la falta de medios, de atención, de profesionalidad en muchos casos -mi respeto y gratitud eterna a los profesionales que no se dejan llevar por la molicie estructural imperante: Fran y Elena, sobre todo-. Los ancianos con discapacidad se pasan horas sentados en sus sillas de ruedas haciendo cola para entrar en el baño con grúa. Los instalan en una sala común con una televisión al fondo inaudible donde se pasan el resto de horas. ¿Talleres ocupacionales? Si no fuera trágico -en el más amplio sentido de la palabra, el que conduce de forma inevitable a la muerte- sería ridículo.
 
¡Ah, se me olvidaba lo del hospital! Estuvo en la Jiménez Díaz, la clínica que nos corresponde por zona y que gestiona una empresa privada, Capio. ¿Por qué? Porque cuando Esperanza Aguirre fue presidenta de la Comunidad de Madrid decidió junto con el entonces consejero de sanidad Manuel Lamela y su sucesor, Juan José Güemes, que era la mejor manera de administrar los centros sanitarios. Para ello crearon un neologismo: externalización de algunos servicios. En mi pequeño pueblo de doce casas no saben cómo se llama eso, pero ya se lo digo yo: eufemismo (ellos me dirían: Eso ye una mentira de toda la vida...). Y tendrían razón. No es externalización de servicios (o tan sólo de uno: el beneficio económico que va a parar a las empresas privadas cuando el objetivo de un centro sanitario jamás debe ser el lucro). ¿O me van a decir que las empresas que gestionan los centros sanitarios no lo hacen por lucro? ¡Ah, bueno!
 
 
 
 
 
Querida Mónica: yo no sé qué es lo correcto, ¡ojalá lo supiera! Sabes que en las últimas elecciones no voté porque pudo más mi corazón ácrata, pero en estas sí lo voy a hacer. Por una sola razón: todo esto que he escrito me atrevería a decírselo a Manuela Carmena mirándola a los ojos porque hablamos una misma lengua. Más allá de todos los elementos que pudieran distanciarnos, sabemos que el referente de la palabra terrorismo no puede ser un comentario ofensivo y superficial, que la dignidad de las víctimas no puede ser lema electoral, que los asuntos de profundo calado no son materia para tres minutos, que no sólo los empresarios son los que generan la riqueza de un país, que hay muchas formas de producir -que debe haberlas y si no las hay habrá que inventarlas-, que el respeto, la humildad, el silencio, el buen oficio, el buen hacer, son valores a conquistar. Y que nuestros referentes ya lo dejaron escrito. Repito la estrofa de ayer, no me cansaré jamás de repetirla:
 
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
 
Miguel Hernández

Y a José Manuel López también.

1 comentario:

  1. Magnífico Alicia. Un abrazo para tí y otro para Mónica, que espero daros también el próximo sábado 30 en la carrera por la esclerosis... y que entonces haya habido cambios... para bien.
    Pepo

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