martes, 2 de diciembre de 2014

Misantropía

A veces hago una mala lectura de la realidad. Por ejemplo, voy en Cercanías y me da por pensar qué ocurriría si, en ese momento, hubiera una catástrofe (un accidente, una inundación, un secuestro o, simplemente, que el tren se para en mitad de un túnel). Invento acciones heroicas o cobardes de forma arbitraria, a veces dejándome llevar por los atributos que porten los viajeros: libro, móvil -en este caso, intento ver si guasapea, juega o consulta internet...-, mochila -vacía, llena, infantil; curioso la cantidad de obreros que llevan las mochilas que sus hijos han arrumbado-, flores (¿casa, cementerio?), bolsa de la compra (¿de plástico, de tela, de diseño, promoción, publicidad...?). En todas ellas identifico gestos comunes (cansancio, concentración, alegría -pocas veces, parece que nos cuesta más mostrar emociones negativas que positivas-, enfado, abstracción...).
 
Y en éstas estoy cuando llego a mi destino. Por fortuna.

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