viernes, 14 de marzo de 2014

Cuando vivíamos en la portería  y alguien se casaba, mi madre le regalaba un cubo de la basura, un cepillo y un barredor.
 
A mí me avergonzaba que hiciera esos regalos.
 
Hace poco, muy poco, poquísimo tiempo, supe cuánta sabiduría simbolizan estos objetos en ese trance.
 
La genética, que degenera...
 
¡Viva mi madre!

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