lunes, 2 de diciembre de 2013

«[…] toda acción se caracteriza por no ser en sí misma ni bella ni vergonzosa, como lo que nosotros hacemos ahora, beber, cantar, dialogar, nada, en estas acciones es por sí mismo bello, sino que en la práctica, cuando se llevan a cabo, resultan serlo. Porque la acción que se ejecuta con belleza y rectitud se hace bella y, sin rectitud, vergonzosa. Así también no todo el amar ni todo eros es siempre bello ni digno de ser elogiado, sino sólo el que nos empuja a amar bellamente.»
                       
 «En resumen, el objeto del eros es el poseer siempre lo bueno.»
            
Diotima: «[…] todos los hombres, Sócrates, dan a luz tanto según el cuerpo como según el alma y cuando llegan a cierta edad, nuestra naturaleza tiende a procrear. Pero no puede procrear en lo feo, sino en lo bello […] Y ello es imposible que suceda en lo que no es armónico […] cuando el ser que está preñado se acerca a uno bello, se alegra, exulta de contento, pare y procrea. Cuando se acerca a uno feo, se concentra en sí mismo apenado y con el rostro ensombrecido, se aparta, se repliega y no procrea, sino que con dificultad retiene lo que ha concebido.»
                                           
«Así que los que son fecundos según el cuerpo se dirigen más bien a las mujeres y ésta es su manera de ser eróticos, pues, al engendrar hijos, se procuran, creen ellos, inmortalidad, recuerdo y felicidad para todo el tiempo futuro. Los que son según el alma… porque los hay que engendran todavía más en las almas que en los cuerpos aquello que corresponde al alma engendra y parir. ¿Y qué le corresponde? La sensatez y todas las demás virtudes, de las que, precisamente, son progenitores todos los poetas y aquellos de los artesanos de quienes se dice que son inventores.»

Platón, El banquete.

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