domingo, 3 de noviembre de 2013

«Por agarrarme de algo, o para empezar a escribir, diré que no se me ocurre nada, o más bien dicho lo escribiré. Sin embargo quiero escribir. Es un deseo tranquilo, profundo, pero que no encuentra cómo realizarse. Voy a repasar un poco lo que sé sobre el asunto. No hay cosa que me haya parecido tan mal como los que simplemente “quieren” escribir por vanidad, porque han logrado engañarse creyendo que deben hacerlo porque tienen condiciones, porque lo sienten, porque quieren hacerlo sólo para ellos mismos sin descartar la esperanza de que pueda resultar para los demás porque les gusta suponerse, verse escritores, según modelos que han visto.

[…]
Debo tomar otro camino. Debo volver a mí. […]
Todavía no encuentro un camino para explicarme lo que me pasa.»
                             
Felisberto Hernández, de Últimas invenciones, en Obras completas (vol. 3), México, siglo xxi, 1999 (cuarta edición)

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