No nos ha bastado una, maestro, no... Parece que las huellas de los grilletes dejan duras marcas sin borrar...
En cualquier caso, habrá que seguir nadando...
Y para que no se nos pudra la rabia y seamos capaces de transmutarla en acción, tendremos que recordar esta escena en la que, por la contundencia del a la mierda, se pasa por alto otra frase que dice Fernán Gómez que me viene pintiparada para el tema que hoy nos ocupa: pues deje usted de admirarme, no necesito su admiración...
¡Vámonos, maestro!
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