jueves, 14 de noviembre de 2013

Testosterona versus Progesterona

Cuando era pequeña, vi en televisión una entrevista con Miguel Delibes. Supongo que era A fondo, de Joaquín Soler Serrano... En un momento determinado, Soler Serrano le pregunta (así está en mi memoria... La entrevista es de 1976, luego yo tenía doce años, perdonen si me equivoco) por el DRAE y Delibes, hombre contenido donde los haya, le espeta: No lo miro antes de estamparlo contra la pared. Respuesta que entonces me chocó y que se me ha quedado grabada (de hecho, no recuerdo nada más de aquella entrevista) hasta hoy...
 
Busco la palabra testosterona y bien, aparece la definición. Pero busco la palabra progesterona y no aparece... Tampoco aparece en mi edición (2001) en papel ni en el de doña María Moliner. Sí aparece (¡menos mal!) en el Diccionario del español actual de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos.
 
Y pienso que si no hay pena sin ley (o sea, si no existe la ley no puede existir el delito), ¿qué es lo que no existe si no aparece el término progesterona en el diccionario de la Real Academia Española?
 
O qué es lo que no quieren que exista.
 
Y luego, claro, nos extrañamos (pero es una extrañeza muuuuuy superficial) cuando aparecen cosas como ésta:
 
 
Este libro está publicado por la editorial del Arzobispado de Granada y para que no se me tilde de tendenciosa enlazo la página del ABC que informa de su aparición.
 
Y así están las cosas.

1 comentario:

  1. No lo he leído pero me juego dos meninges a que "La perfecta casada", Fray Luis de León, 1584, es bastante más progresista.

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