domingo, 13 de octubre de 2013

Suma

Los días no contaban para mí,
bastaba la palabra.
Yo escuchaba en cuclillas cómo alguna palabra
                 conversaba con otra.
No contaban los días.
Pero extravié palabras y los días me siguieron de
                 cerca con sus largos abrigos.
Yo iba mirando el suelo.
"Ese no cuenta el cuento", vaticinaron unos.
Yo no escuchaba a nadie, yo contaba con ellas.
Los días fueron como trapos mojados en los pies.
Habité días feroces porque perdí palabras.
Eran contadas y eran, al fin, las que contaban
El tiempo es implacable.
El que pierde palabras tiene los días contados.
 
Jorge Boccanera (tomado de aquí)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario