El miedo
sobreviene en oleada
inmóvil. De
repente, aquí,
se insinúa:
las construcciones
conocidas, las posibles
consecuencias
previstas (que no excluyen
lo peor),
todo el
lento dominio de la inteligencia
y sus
alternativas decisiones, todo
se ofusca en
un instante.
Y sólo queda
la raíz,
algo como
una antena dolorosa
caída no se
sabe, palpitante.
Jaime Gil de
Biedma, «El miedo sobreviene», Las
personas del verbo, Barcelona, Seix Barral, 2007
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