domingo, 14 de octubre de 2012

Tres estrellas (por lo menos)

Este río silencioso que se agita y se hincha con todo lo que pasa por encima de él el viento, la lluvia, los grandes navíos.
Amo el río - nada deja de emocionarlo. Está tranquilo ahora Y el silencio está solo salvo por el ensordecedor estruendo de lo desconocido, tambores lejanos muy presentes excepto por los penetrantes aullidos, tambores lejanos muy presentes y los susurros de las cosas y los sonidos agudos y luego de pronto acallados hasta convertirse en sollozos más allá de la tristeza - en terror más allá del miedo.
El grito de las cosas indeciso y demasiado joven para ser conocido aún. Los sollozos de la propia vida

Tienes que sufrir - la pérdida de tu oscuro dorado cuando hasta la cobertura de hojas muertas te abandone
Fuerte y desnuda debes permanecer - viva - mientras miras de frente a la muerte y el viento de hace inclinarte

Y llevar el dolor y la alegría de lo nuevo en tus miembros

Soledad - permanece quieta

Marilyn Monroe, Fragmentos. Poemas, notas personales, cartas (prólogo de Antonio Tabucchi), Barcelona, Seix Barral, 2010

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