viernes, 7 de septiembre de 2012

Para intentar diluir la mala baba que me crea el hecho de estar sin destino por segundo año consecutivo, esta tarde me he ido de exposiciones. Tenía pendientes dos: la de Hopper (en el Thyssen) y la de William Blake (en Caixa Forum).
 
Hopper: dos filas (una para comprar la entrada: 10 euros) y otra para entrar a la exposición, ya que las visitas tienen un intervalo de 15 minutos. Interesantes sus personajes urbanos que rezuman soledad. Estética cinematográfica y, en mi opinión, publicitaria...
 
Blake: entrada directa, no había ninguna fila y es gratuita (ya lo dijo don Antonio: Todo necio confunde valor y precio...). Me ha dejado ojiplática y boquiabierta. Ha sido un auténtico placer ir recorriendo su obra (la comisaria de la exposición ha tenido el buen gusto de, en la placa con el título del cuadro y el año de creación, añadir una explicación de las técnicas utilizadas y, en algunos casos, la historia del origen tanto de la historia como de los personajes). Ha sido justo el acercamiento a la belleza que necesitaba hoy mi frustración. Se pueden ver las ilustraciones que Blake realizón para sendas ediciones de la Divina Comedia y de El libro de Job, además de varios cuadros de los prerrafaelistas en los que influyó de los cuales me han resultado especialmente reseñables George F. Watts y Burne-Jones.
 
Blake, el visionario. Blake, el poeta, el pintor, el marginal... Que quería abrir las puertas de la percepción...
 
Blake, sus libros miniados, sus libros proféticos...
 
Como no soy experta en arte, para mí el término especialmente reseñable hace referencia a que me he quedado embobada delante de las obras, intentando percibir el aliento de los personajes, la historia que el autor quiso contar, el momento en el que lo pintó, las posibles frustraciones, dudas y satisfacciones que les dieron... Esas cosas.
 
Y no he resistido la tentación de comprar un cuaderno, un imán para la nevera, una alfombrilla para el ratón y... un libro con poemas y aforismos de Blake:
 
Las prisiones son edificadas con piedras de la Ley, los burdeles con ladrillos de la Religión.
 
 
El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.
 
 
Lo que hoy es evidente, una vez fue imaginario.
 
Una que dedico a los habitantes de Los Yébenes que insultaron a la concejala tras la difusión del dichoso vídeo: La desnudez de la mujer es obra de Dios.
 
 
La tentación y caída de Eva
 
 
Satán en su gloria original
(Perfecto eras hasta que se halló en ti  maldad)
 
Una de las páginas de su Matrimonio entre el cielo y el infierno
 

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