Ayer hablé del libro que me regaló M pero del libro que me regaló E. Y hoy voy a hablar del libro que me regaló E. (¡¡¡Gracias!!!), Es un libro de pequeño formato, con el fondo blanco, con las letras rojo-teja (o similar). Me gusta. Es casi un libro sin tapas como quería mi Felisberto... Y es de un compañero: Antonio Orihuela. Lo cual siempre es motivo de alegría. Lo ha publicado la Asociación Cultural Insomnus y se distribuye a través de internet. Lo cual es otro motivo de alegría, porque se rompe con el cincuenta y tanto por ciento de gastos de distribución. Y ésa es la manera de. Se titula Autogobierno (y éste es otro motivo de).
A veces creo que las luciérnagas somos nosotros,
una especie en peligro de extinción,
escasos, intermitentes, estacionales,
feos como gamba
pero en la noche oscura
brillantes
y ahí.
«Anarquistas y luciérnagas»
Y a mí, que soy así de pedante cuando me pongo, este poema me ha recordado al artículo de las luciérnagas del nunca suficientemente añorado y cada vez más necesario Pasolini, que podéis encontrar aquí (el artículo, claro. A Pasolini buscadlo en la rabia y en el amor)
Delicadeza y suavidad,
equilibrio y armonía
fueron, hace años,
las primeras víctimas del capitalismo.
Estar despierto cuando todos duermen
tiene mucho de automarginación
y es doloroso pensar que estamos solos,
afuera, es imposible componer una imagen colectiva
de lo que individualmente sumamos,
falta gente, mucha gente para eso y, de momento,
tenemos pánico a lo colectivo,
tal vez pudiera ser ese miedo el que un día nos dé forma,
tal vez nos perdamos en él, definitivamente.
«Horas bajas tras la huelga del 27-E»
La de las luciérnagas es una de mis preferidas también...
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