domingo, 22 de abril de 2012

Carta de un compañero al ministro Wert

Antonio Aramayona – ATTAC CHEG Aragón

Señor Ministro de Educación, Cultura y Deporte:
  
Hace pocas horas usted ha comunicado a los consejeros autonómicos nuevas medidas por parte del Gobierno español, del que usted forma parte, para recortar otros 3.000 millones más de euros en el ámbito de la educación y la enseñanza.
     
Permítame que le diga antes de nada la impresión que sus cálculos y medidas me han producido: usted confunde un centro educativo con un negocio de charcutería (si pongo en cada bocadillo tres rodajas en vez de cuatro, y cambio el salchichón por mortadela, el balance será mucho más positivo para mi cuenta corriente y mis clientes estarán aún suficientemente alimentados, aunque el fiambre no sea de igual calidad).
 
Usted es Ministro de Educación y de Cultura, pero no creo que coincidamos en la idea de educación y de cultura. Usted parece manejar un centro de enseñanza como el rabadán de una cabaña de ganado. Sin embargo, en cultura y educación los resultados no se cuentan en euros ni en número de zagales o de reses, sino en la calidad de la formación que va proporcionándose a las personas que van forjándose en las aulas.
    
No sé si usted ha dado clase en Primaria o Secundaria. Me temo que no. Usted quiere aumentar un 20% el límite legal de alumnos por aula; es decir, pasar de un máximo de 27 a 30 estudiantes en Primaria, y de 33 a 36 en Secundaria. Comencé a dar clase de Filosofía, Ética y Humanística en el C.E.I. de una localidad madrileña. Allí me encontré aulas (era horario de nocturno) de 60 alumnos, e incluso de más de un centenar, en algún caso excepcional. Es fácil de imaginar cómo podía ser en esas circunstancias la relación con el alumnado y el grado de dedicación personal posible hacia los estudiantes. Sin embargo, mediante la lucha y el esfuerzo durante muchos años de los distintos integrantes de la comunidad educativa, en España se fueron alcanzando unos logros de los que deberíamos sentirnos orgullosos: la educación universal y gratuita como mínimo hasta los 16 años, una escuela pública digna y de una cierta calidad, y una creciente atención a la diversidad educativa de cada grupo y de cada alumno, lo que implica también un descenso de la ratio alumnos/aula. Usted y sus medidas pretenden hacernos regresar a épocas oscuras que muchos y muchas creíamos superadas. De llevarse a cabo las medidas que usted pretende perpetrar, usted pasará a la historia, no le quepa la menor duda de ello.
          
Propone también que no queden cubiertas las bajas por parte del profesorado de menos de dos semanas. Espero que tenga claro que ello quizá reporte un cierto ahorro en las arcas de su ministerio, pero irá en detrimento directo de la formación del alumnado y de la buena marcha del centro educativo. No sé si a usted le ha tocado hacer alguna guardia en cualquier centro de enseñanza cuando falta algún profesor, pero usted parece desconocer (¿nesciencia? ¿ignorancia?) lo que realmente es un centro de enseñanza, amén de no tener en consideración a todos esos alumnos y alumnas (¿cuántos decidirá finalmente que haya en el aula?) durante todas esas semanas sin profesor de una asignatura concreta.
             
Quiere incrementar asimismo las horas lectivas del profesorado: un mínimo de 25 horas lectivas en primaria y 20 en secundaria (hasta ahora es un máximo de 25 en primaria y 21 en secundaria). como siga por ese camino, señor ministro, al profesorado finalmente le va a dar igual ocho que ochenta, pues verá aumentado su horario lectivo, pero no tendrá otra remedio que poner menos trabajos y revisarlos con menos tiempo, preparar sus clases con poca tranquilidad e ir saltando de aula en aula, cumpliendo cuarteleramente su horario, pero en perjuicio de la calidad debida a su trabajo y su alumnado.
                 
¿Qué usted congela o reduce aún más el sueldo y los complementos salariales del profesorado? allá usted, señor ministro, pero sepa que toda paciencia tiene un límite, y que al tijeretazo de 3.000 millones anunciado por usted deben añadirse los 3.400 millones de reducción de sueldo y de personal realizada en los últimos dos años. el ser humano necesita siempre incentivos y refuerzos positivos, y el profesorado, créame, está compuesto también de seres humanos.
               
Paso por alto, en fin, su indicación de que los centros de bachillerato tengan la posibilidad de especializarse en “ciencias” o en “letras”. Personalmente, creía ya superada tan gruesa dicotomía. ¿Usted cree que la formación de las personas y de los ciudadanos resiste en el siglo XXI tamaño destrozo en el saber? ¿De dónde ha salido usted, señor ministro?
         
Con mis saludos
             
Antonio Aramayona

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