«El espacio recoleto de los institutos públicos es el último reducto de libertad, un lugar precioso para dar vida a la imaginación y la cultura, para aprender la convivencia y practicar los sutiles lazos de la afectividad para crecer, experimentar y pensar. Por esta razón está siendo desmantelado a toda prisa, a través de la potente arma del descrédito, con la colaboración y connivencia de todos, antes de que nadie se dé cuenta de que estamos perdiendo la última posibilidad de habitar el mundo con un mínimo de aire fresco»

«[…] los poderes fácticos han desarrollado mecanismos que tienen el objetivo de impedir la formación de una identidad personal, afectiva e intelectualmente sólida, que estuviera en condiciones de oponer resistencia, al mismo tiempo que intentan desmantelar todo resquicio de comunidad organizada que pudiera proteger al individuo y ofrecerle un punto de referencia»

«[…] la actitud verdaderamente ética de la educación pública es situarse en posición de resistencia y cuestionamiento social»

Concha Fernández Martorell, El aula desierta, Montesinos, 2008