Ayer, sábado 23, a sus setenta y ocho años, mi madre acudió a su primera manifestación. Como estas tardes de verano bajamos en su burrita (la silla de ruedas) a pasear por el gran anuncio del alcalde de Madrid (léase proyecto o parque Madrid río) por el que estamos endeudados de por vida, aprovechamos el paseo para acompañar a la marcha que llegaba del sur (¡¡¡De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste!!!) desde el puente de Toledo hasta la puerta de Toledo (deberían señalizar la inclinación... ¡joé!). Conclusión de su sentido común (que cada día me asombra más): «Si van la mar de tranquilos, ¿por qué les sigue la policía?»
Puerta del Sol, anoche (foto AP. Más información aquí)
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