«La escuela está en el centro de una zona de turbulencias en la que los jóvenes caen en la pesadumbre, en la que la neurosis anudada del enseñante y del enseñado imprime su movimiento al péndulo de la resignación y de la revuelta, de la frustración y de la rabia.
Ella es también el lugar privilegiado de un renacimiento. Lleva en gestación la consciencia que está en el corazón de nuestra época: asegurar la prioridad de lo vivo sobre la economía de supervivencia.
Posee la llave de los sueños en una sociedad que no sueña: la decisión de borrar el hastío bajo la exuberancia de un paisaje en el que la voluntad de ser felices desterrará las fábricas contaminantes, la agricultura intensiva, las prisiones de todo tipo, los laboratorios de asuntos turbios, los depósitos de productos adulterados, y esos púlpitos de verdades políticas, burocráticas, eclesiásticas, que llaman al espíritu a mecanizar el cuerpo y le condenan a claudicar en lo inhumano»
«Es tiempo de que el memento vivere reemplace al memento mori que sellaba los conocimientos con el pretexto de que nunca se consigue nada»
«Poner la escuela bajo el signo de la competividad es incitar a la corrupción, y ésa es la moral de los negocios»
«No concibo otro proyecto educativo que el de crearse en el amor y el conocimiento de lo vivo»
Raoul Vaneigem, Aviso a escolares y estudiantes
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