Pues, señor, estábamos la estadounidense y la asturiana viendo el partido Scotland-España en el bar argentino de la esquima cuando, de repente, ha entrado un scotlandés que no podía negar de dónde era. Nada más verlo, he pensado que si Luis Cernuda lo hubiera conocido durante su estancia en Glasgow, ésta hubiera resultado más amable. Su sola presencia daba un poquinín de luz, de alegría (no que la necesitáramos, pero en fin...). "Íbamos" 1-0.
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Ernesto, que es argentino y super maradonista (por una razón inobjetable: "porque sabe lo que es el sufriimiento") y que en ese momento estaba en la cocina,porque Esmeralda (que es de Donosti) estaba fuera de la barra, le ha preparado al scotlandés una entraña churruscadista. Iba por el segundo bocado cuando, me lo crean o no me lo crean, ¡zas! , gol de Scotland. ¡Toma castaña! Ernesto ha dicho que él se solidarizaba con el compañero scotlandés por no dejarle solo y eso...
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Cada vez que uno u otro equipo hacía "algo feo" lo comentábamos entre risa y trago. Total, buen rollito que me lleva a preguntarme si eso no sería posible. ¿Qué tal si dejamos el juego en juego, con la pasión necesaria, por supuesto, pero sin dejarnos llevar por falsas banderas y pasiones? Total, a algunos lo único que les importa es la pasta...
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Y los demás disfrutamos más con risas que con golpes. ¿No? ¿O no? Además, nos saldría más barato, que el cerco policial cada vez que hay un partido de "alto riesgo" es altísimo...
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Ahora, A Villa que ni me lo toquen.
Pero el "scotlandés" llevaba falda o no llevaba falda? Ya se sabe: el mito.... (que de mito nada: que ayer dieron en la televisión imágenes de la afición escocesa sentada en las gradas y ¡en fin!)
ResponderEliminarAlto, guapo, rubio, con una sonrisa encantadora...para integrarle en la nación a que te toca pertenecer pero ya. con o sin falda.
ResponderEliminarNo llevaba falda, pero no la necesitaba. Digo yo que en las gradas debe de entrar un fresquito con falda (ya lo decía Manolo Escobar, pero con los toros...)
ResponderEliminarEn realidad, lo mejor que tenía era su capacidad de burlarse de sí mismo y de la patria... (de la nuestra y de la de él, es decir, del concepto). Mira, qu ehacía mucho que no salía el maestro Ángel: "porque sé que tú eres mi patria,/amor mío;/y triste,/porque toda patria, para los que la amamos,/-de acuerdo con mi personal experiencia de la patria-/tiene también bastante de presidio"...