sábado, 14 de agosto de 2010

Leo estos días Tokio ya no nos quiere, de Ray Loriga. Es la historia de un vendedor de pastillas (química dice él todo el tiempo y se refiere a ellas por los colores) que borran los recuerdos. En la publicidad dicen que las pastillas son selectivas, pero eso no parece estar del todo claro... ¿Qué recuerdos borra, cuáles almacena en nuestra memoria?:
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"Tiene el aspecto de un recuerdo pero es necesariamente otra cosa. Probablemente una visión. Un hombre sin memoria ve constantemente imágenes del futuro. La nostalgia desaparece y en su lugar se instalan un millón de adivinanzas. Los nuevos amores, las nuevas ciudades, los nuevos ríos, los nuevos puentes"
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"No sólo los ríos, todo, absolutamente todo, hay que olvidarlo"
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"Cuando uno barre las hojas muertas del jardín, es el jardín lo que importa"
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El tema de la memoria siempre me lleva a mi Felisberto, claro. A Felisberto Hernández y su trilogía de la memoria. Y, sobre todo, a Por los tiempos de Clemente Colling, que empieza así (la personalísima puntuación es característica de Felisberto):
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"No sé bien por qué quieren entrar en la historia de Colling, ciertos recuerdos. No parece que tuvieran mucho que ver con él. La relación que tuvo esa época de mi niñez y la familia por quien conocí a Colling, no son tan importantes en este asunto como para justificar su intervención. La lógica de la hilación sería muy débil. Por algo que yo no comprendo, esos recuerdos acuden a este relato. Y como insisten, he preferido atenderlos.
.....Además tendré que escribir muchas cosas sobre las cuales sé poco; y hasta me parece que la impenetrabilidad es una cualidad intrínseca de ellas; tal vez cuando creemos saberla, dejamos de saber que las ignoramos; porque la existencia de llas es, acaso, fatalmente oscura: y ésa debe ser una de sus cualidades.
.....Pero no creo que solamente deba escribir lo que sé, sino también lo otro.
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Los recuerdos vienen, pero no se quedan quietos. Y además reclaman la atención algunos muy tontos. Y todavía no sé si a pesar de ser pueriles tienen alguna relación importante con otros recuerdos; o qué significados o qué reflejos se cambian entre ellos. Algunos, parece que protestaran contra la selección que de ellos pretende hacer la inteligencia. Y entonces reaparecen sorpresivamente, como pidiendo significaciones nuevas, o haciendo nuevas y fugaces burlas, o intencionando todo de otra manera [...]"


Ésta es mi fotografía preferida de Felisberto. Aparte de escritor (su gran vocación y voluntad), tocaba el piano y ésta fue su manera de ganar algunos pesos... Pero lo que me fascina es que empezó (a los 15 años) tocando en los cines, poniendo música a las películas mudas... Ahí aprende (he imaginado yo siempre) que la realidad pueda presentarse distorsionada y, sin embargo, paradójicamente, no por ello menos real) y  eso le obliga a escribir... como escribe Felisberto.
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Otro día les cuento quién era Clemente Colling (para quien no lo sepa)
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En otro orden de cosas (o no...), el otro día, tras muchas vacilaciones porque Kar-wai trata el desamor como nadie y yo no estoy para muchos meneos (he borrado de mi mente, por ejemplo, 2046... Sólo recuerdo que las imágenes eran maravillosas), decidí ver en la Filmo My Blueberry Nights. Todos los actores son tan guapos que decidí que seguro que no me hacía lllorar... En realidad, pensé que ese pase a las grandes producciones no podían producir una peli buena, lo que se dice cinematográficamente buena.
.....Y, sin embargo, me encontré con una película hermosa, que da respuesta (su respuesta) a la pregunta que se hace la protagonista al principio,; más o menos: "¿Cómo olvidarte -separarte, alejarte, limpiarte, distanciarte-... de alguien sin el cual no puedes vivir?". Por razones personales me encanta el simbolismo de las llaves en una pecera (y lo significativo de los llaveros). Si esto fuera una crítica de cine, diría que la fotografía es impecable, cuidada... Como no lo es, diré que las imágenes te dejan con la boca abierta, el alma en suspenso y el corazón dudando hip-hiper, hipo-hiper, hipo-hiper...
.....La protagonista va dando respuesta a su interrogación a través de los demás y, al tiempo, respondiendo a otro y aceptando que no a todo el mundo le gusta la misma tarta... Es fastidiado observar que alguien que ama no tiene por qué ser necesariamente correspondiendo, que ese sentimiento no tiene reflejo en el otro (ya lo decía Marcela en El Quijote, de hecho...)
.....De nuevo por razones personales (éste es mi cuadernín...), no me gusta el final (es decir, sí me gusta, porque es un final feliz y estamos muy necesitados de ellos, pero me gustaría que.... SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER - SPOILER -
fuéramos capaces de cruzar la calle y quien nos esperara al otro lado no fuera nadie en concreto, sino nosotros (me van a permitir: sobre todo, nosotras) mismos con nuestro mundo a cuestas como Enriqueta...
......La música es fantástica, con la protagonista, Norah Jones, en doble papel, impresionante...


En fin, que el día 17 la ponen de nuevo... Si quieren tarta de arándanos de postre (con esa acidez en la dulzura) no se la pierdan... Y si quieren leer opiniones aquí.


3 comentarios:

  1. Y sobre los recuerdos en lucha, la (des)memoria y la imposibilidad de borrar ciertos recuerdos, la bellísima Eternal Sunshine of the Spotless Mind, de Michel Gondry...

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  2. Anónimo: gracias por la recomendación. La tienen en Ficciones, esta noche la veo. Creo que me va a gustar. Es un pálpito...

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  3. A mí me encantó my blueberry nights y la eternal sunshine es IMPRESIONANTE.

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