Ésta es la relación de propinas que recibió mi padre, Benigno Martínez Barrero, que fue sereno en Madrid, en la navidad de 1975 (seis meses antes de morir a los 42 años). En la relación aparece un Antonio Aparicio (¿sería el poeta?..., me pregunto yo)
... y me contesta un un poema de Antonio Orihuela:
.
Al final de la comida
le he enseñado a mi madre
el libro de poemas
que acaban de publicarme.
.
La artritis de sus manos
apenas le deja mantenerlo abierto
y sus escasos años de escuela
recorren las palabras
como un niño que gatea
hasta hacer incomprensibles mis versos.
.
Loca de contenta,
orgullosa de su hijo,
le lee un poema a mi padre
que la mira desde el sofá.
.
Cuando termina,
levanta la cabeza
y ve a mi padre dormido.
.
Lo despierta
y vuelve a comenzar
hasta tres veces
la lectura...
.
Yo no digo palabra,
pienso en los amos de la fuerza de los humildes,
en el tiempo delicioso que les robaron,
en la lengua que apenas les dejaron para comer
y reproducirse,
.
en los profesionales del estilo,
en los críticos de las letras,
.
y en lo lejos que estará siempre
el pueblo sencillo y trabajador
de eso que llaman literatura.
.Antonio Orihuela, en Lo que piensa la ballena del arponero, El sornabique & If ediciones.
Alicia, qué bonito ese pequeño y emotivo homenaje a tu padre, con el poema de Orihuela, que no conocía.
ResponderEliminarEs que estoy en periodo de tránsito... Y, sabemos, las emociones se revuelven...
ResponderEliminarAntonio Orihuela es, en mi opinión, un peazo poeta imprescindible... Increíble cómo conjuga conciencia política y poesía el tío así, como si tal cosa...
Alicia. ¿No estaría tu padre de sereno por Malasaña a principios de los 70? Simple curiosidad.
ResponderEliminarInteresante y pedagógica relación de propinas. Una contabilidad personal de aquellos tiempos nada lejanos.
Salud y Cordialidad.
¡Hola, vallisoletano! No, él serenaba al lado de la estación del Norte, en la calle Onésimo Redondo (hay que fastidiarse)... Amparaba otras noches... ¡Salud!
ResponderEliminarNo puedo leer este poema sin emocionarme una y otra vez. Se lo he visto recitar a Antonio Orihuela... uf.
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