viernes, 9 de abril de 2010

J2 me acaba de decir que llevo tres días sin actualizar el cuadernín y que, además, la última imagen es una imagen torcida. Torcida involuntariamente, porque es que no ha habido manera de poner la foto de forma correcta (es decir, tal como la tomé y de forma inteligible al primer vistazo...). Y, bueno, vuelvo a casa y pienso en un poema que me tocó profundamente. Fue mi felicitación de la navidad del 2007 (última y una de las pocas veces que felicité la navidad)... Lo leí por primera vez en un libro de Belén Gopegui, El padre de Blancanieves ["En el mal tiempo siempre parecía haber una posibilidad de cambio". (pág. 176)]. Es de Roberto Fernández Retamar y dice así:

Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho,
...............................................................[un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y
...............................................................[un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres,
..................................................................[los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.


Impresionante ¿verdad? Así lo pienso.



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