sábado, 23 de enero de 2010

"[los profesores] que han preferido adoptar el papel de víctimas de los alumnos antes que enfrentarse a los ataques, explícitos y reales, que les dirige la Administración a través de la Ley de Reforma y en todas sus revisiones. Resulta preocupante que, en el terrible mundo en que vivimos, el temor lo despierten los adolescentes".
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Concha Fernández Martorell, El aula desierta, Barcelona, Montesinos, 2009
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El capítulo titulado "La identidad y los otros", va encabezado por una historia-lema que me hizo llorar:
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Una mañana de otoño, un chico de los que vive en el centro de acogida es expulsado de clase por enésima vez. Las profesoras que le atienden le animan a escribir algo sobre la vida del instituto, pero con un gesto despectivo prefiere ilustrar un poema, tal vez su única pertenencia, a través del cual muestra sus carencias y sus deseos. Esta es su tablilla de salvamento, un pequeño regalo de la escuela:
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EL CANGREJO DE RÍO
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Érase que se era
un cangrejo de río
con dos patas muy
grandes y con muchos anillos.
...
En el agua vivía
muy feliz y contento
mientras doña cangreja
le contaba mil cuentos.
...
De mares azules,
de barcos de vela,
de duendes y brujas,
de amores y fieras.

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